De la mano del pequeño estudio indonesio Tahoe Games y publicado por Toge Productions nos llega Rising Hell. Estamos ante un roguelike de acción vertical con una estética heavy metal mezclada con estilo gráfico de pixels de los 8-16 bits. Pero no sólo el aspecto gráfico es algo recuperado de hace varias generaciones, la jugabilidad también es algo de lo más clásico. Vamos a pasar a su análisis.
Matando demonios al estilo de los juegos clásicos
Rising Hell te pone en el pellejo de Arok, un pecador con un misterioso poder para matar demonios. Si bien el juego toma como base el matar enemigos y avanzar, en este caso se aportan varias novedades que lo hacen de lo más interesante.
El scroll en este caso, deja de ser horizontal como era en los plataformas de la época, para ser vertical. Deberemos ir ascendiendo a lo largo de estos pozos infernales y matando a todo tipo de insectos y demonios. Arok será el encargado de adentrarse en el Zaqqoum, un árbol en el que fue desterrado y encerrado Lucifer y sus huestes. Mephisto le promete nuestro protagonista que, de conseguirlo, será liberado de su prisión en el infierno.
La jugabilidad por bandera
Los controles son de lo más clásico y simple, además de responder a la perfección. Un botón para saltar y otro para ataque. Aunque con un tercero, también podremos realizar una especie de «dash» que aunque no hace daño, nos permitirá desplazarnos más rápido y esquivar algunos golpes.
Pero a ello se une la posibilidad de realizar combos de ataque. Estos se realizan únicamente con el botón de ataque, pudiendo variar los golpes pulsando a la vez los botones de dirección. El resultado es altamente atractivo y adictivo y recoge la senda instaurada por la saga Killer instinct o DMC (Devil May Cry) con una voz grave calificando nuestros combos.
El juego es clásico también en cuanto a su duración pudiendo acabarse en 1h aproximadamente. La dificultad no es elegible, existiendo una única opción predefinida. Pese a ello, su escasa duración es compensada por una dificultad elevada que eso sí, no es desesperante. Consta de cuatro fases con su mid y final boss. Eso sí, no esperes guardar el lugar en el que dejas la partida, Rising Hell es un juego sin opciones de guardado. Sí que podremos jugar con una sola vida o con tres. En este segundo caso obtendremos menores recompensas a cambio de esa posibilidad. Al final de nuestra partida subiremos experiencia general y obtendremos unas recompensas que si que son acumulables en cada nueva partida.
Almas y Gemas, imprescindibles en Rising Hell
Tendremos que abrirnos camino a través de los distintos escenarios plagados de demonios, trampas e insectos y escapar del infierno. Pero para ello no sólo contamos con salto y ataque. Rising Hell nos permitirá ir comprando y aprendiendo nuevas habilidades. Dichas mejoras se compran con almas rojas que se desprenden de los enemigos y otros condenados, al acabar con ellos.
A lo largo de nuestro ascenso por el infierno tendremos oportunidad de acceder a varias compras de habilidades mediante pequeñas paradas en la acción o en algunos lugares escondidos. Esta mejora de atributos se hace imprescindible en el juego y es un aspecto muy táctico a tener en cuenta. Éstas pueden ir desde armas más mortíferas, a mayor daño, pasando por mayor resistencia o vitalidad. También otras acciones como que al acabar con enemigos estos hagan daño a los restantes. Otras habilidades tendrán que ver con la facilidad de que aparezcan almas rojas o verdes o de que nuestro personaje no se escurra mientras se agarra a paredes.
Y otro punto importante que acabamos de nombrar son las almas verdes. Serán muy trascendentes en nuestra aventura puesto que sirven como recuperador de vida. La vida es algo que en las primeras fases no nos fijaremos en demasía, pero al avanzar en el juego, se nos hará cada vez más necesaria dada la progresiva dificultad de los enemigos. A ello se une que entre las distintas fases no tendremos recuperación de vida. Si bien se nos ofrece tras posibilidades en forma de recompensa al acabar cada fase: almas rojas, almas verdes o gemas moradas.
Las gemas moradas, que aparecen con menor frecuencia, nos servirán para desbloquear nuevos personajes o poder «refrescar» las opciones de compra de habilidades y talentos que se nos presentan.
Nuestros queridos píxeles
El aspecto gráfico de Rising Hell nos trae el caos, y es que el paisaje del infierno está generado aleatoriamente y en constante cambio en función de la ruta que elijamos.
El aspecto del juego es detallista y muy colorido, aunque se echa de menos que los escenarios sean más distintos entre sí, gráficamente hablando. Apenas notaremos diferenciación entre uno y otro, exceptuando el tipo de enemigos claro. Quizás el tamaño del protagonista también debería ser algo mayor, unido al de algunos insectos, que resultan excesivamente pequeños.
Por lo demás resulta de lo más retro, cumpliendo su función y destacando especialmente los final bosses que pueden ocupar hasta dos pantallas mientras despliegan su arsenal contra nosotros.
Sonido infernal
Riffs de heavy metal te acompañarán durante este particular paseo por el infierno. La música es pegadiza y muy animada y acompaña fantásticamente la acción, variando según la acción y al pasar a enfrentarte a los jefes.
Los FX resultan muy llamativos con los golpes y la voz en off que elogia nuestros combos
Conclusiones Rising Hell
Rising Hell es un juego muy entretenido que conseguirá que intentes una y otra vez vencer a las huestes del infierno. Con un planteamiento gráfico y de juego bastante clásico, pero implementando algunos conceptos de roguelike, así como la generación aleatoria de escenarios, se le otorga un aire clásico pero renovado.
Quizás su principal problema se encuentre en dos factores: su escasa duración y la imposibilidad de guardar partida. Esto es un concepto de juego muy de los años 80 o 90 del siglo pasado, pero que a día de hoy resulta algo chocante.
Es cierto que no tiene sentido poder guardar partida en un juego tan corto, pero quizás el planteamiento debería haber sido el crear 8-10 fases con opción de guardado. Esto lo haría más accesible a todo tipo de públicos. Con el juego actual, su público objetivo queda especialmente reservado para los más veteranos y amantes de las plataformas y de juegos como Mega Man, Actraiser y otros 2d clásicos de dificultad elevada.
Acerca del autor
Apasionado de la ciencia ficción en todas sus vertientes. Gamer desde hace más de 30 años. Xboxer de corazón